El color de la tarima influye en la decoración del hogarAl elegir una tarima flotante los precios suelen ser los que determinen en muchas ocasiones la decisión. Pero existen otras características que también hay que estudiar ya que pueden influir en la decoración del hogar. Este es el caso del color del suelo. ¿Qué es mejor? ¿Claro y oscuro?

Para poder determinar de la forma más fehaciente cuál es el tono adecuado para cada hogar, habrá que analizar aspectos de la casa como pueden ser el color de las paredes, el tamaño de cada habitación o la cantidad de luz natural de la que se disfruta. Estos tres puntos suelen ser fundamentales a la hora de escoger un color para el suelo.

Si se está buscando tarima flotante a precios económicos que sea de tonos claros, habrá que saber que son suelos que aportan una gran cantidad de luminosidad, lo que permite crear una sensación única de espacio. Por lo tanto, este tipo estará muy aconsejado para las habitaciones menos espaciosas.

Para combinar las tarimas en tonos claros, lo mejor será contar con paredes en la misma línea para conseguir amplitud. En el caso contrario, si la pintura fuera oscura, lo que se conseguirá será que la estancia resulte muy poco definida.

La tarima de madera oscura suele comprender diferentes tonalidades, como el marrón, el chocolate o, incluso, el negro. Lógicamente estos colores restan luminosidad al ambiente, por lo que se ha de ser muy cuidadoso en combinarla únicamente es espacios que cuenten con mucha luz.

Además, al igual que las tarimas claras, las oscuras no combinan excesivamente bien con las paredes oscuras, ya que pueden provocar una sensación de penumbra. En cambio, con tonos claros se consigue un efecto de anchura muy interesante.

La tercera opción en discordia dentro de los suelos flotantes a precios económicos son los llamados “tonos medios”. A su favor se encuentra con que suelen pasar bastante desapercibidos, creando ambientes luminosos y tranquilos cuando se combinan con paredes claras.

En lo que se refiere al mobiliario de un hogar, la norma más general dicta que el color de las tarimas ha de ser dos tonos más claro que el mobiliario, o bien mucho más oscuro. Lo que se busca, por tanto, es crear contrastes para configurar todo tipo de estancias con personalidad. Así, el arce o roble blanco son las tonalidades que más posibilidades permiten.

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