Cada año más se llevan a cabo más de medio millón de operaciones de muñeca y de mano en Estados Unidos, y todo indica que la tendencia va a más. Lo mismo observan en España los responsables de la UMA, una Unidad especializada en Cirugía de la Mano que funciona desde hace años en Galicia.

Con este mayor volumen de operaciones, un enfoque en la cirugía ambulatoria y una población quirúrgica que envejece, la mejora de la atención de estos pacientes sin duda implicará la modificación de las prácticas anestésicas. Uno de los enfoques más comunes de la anestesia para la cirugía de la mano es la combinación de anestesia regional y atención anestésica supervisada (AAS). Al inhibir tanto la función motora como la sensorial, la anestesia regional proporciona condiciones quirúrgicas óptimas y una analgesia eficaz durante todo el período perioperatorio. Con una anestesia regional adecuada, los pacientes sometidos a cirugía de la mano idealmente solo requerirían sedación intraoperatoria para la ansiolisis. Comúnmente, sin embargo, los pacientes que se someten a AAS reciben dosis de anestésicos intravenosos como propofol que pueden ser desproporcionadas para sus requerimientos de ansiolisis. Esto puede aumentar el riesgo de sedación excesiva que provoque hipotensión, obstrucción de las vías respiratorias superiores, apnea y trastornos neurocognitivos posoperatorios. Tal sedación excesiva puede resultar en una morbilidad grave. De hecho, el veintiuno por ciento de las reclamaciones de AAS registradas estaban relacionadas con la depresión respiratoria debido a una sobredosis de medicamentos sedantes. Por lo tanto, una intervención que pudiera reducir la dosis de sedantes intraoperatorios podría ser valiosa para prevenir eventos adversos. Sin embargo, simplemente proporcionar menos sedantes no es una estrategia de manejo que probablemente sea valorada por igual por los pacientes y los médicos, especialmente si se hace a expensas de la comodidad y la satisfacción.

La realidad virtual (VR) ofrece un medio potencial para la ansiolisis sin el uso de sedantes. El uso de la realidad virtual se ha expandido desde el sector del entretenimiento y la empresa hasta los campos de la educación médica, la rehabilitación y el manejo de la salud mental y el dolor crónico. El supuesto beneficio de la realidad virtual en el manejo de pacientes con dolor o ansiedad es proporcionar una experiencia inmersiva capaz de distraer la mente del procesamiento de estímulos nocivos. Por este motivo, un estudio financiado por la American Society of Anesthesiologists’ Foundation for Anesthesia Education and Research trató de aclarar la existencia de ese beneficio. Las conclusiones del estudio fueron que los pacientes que experimentaron inmersión en realidad virtual durante la cirugía de su mano necesitaron menos anestesia para mantener a raya el dolor, lo que evidencia el potencial de esta técnica no farmacológica de distracción.

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